Mucho se escucha entorno a la crianza de los hijos, si uno es un buen padre, buena madre, que las figuras primarias son de suma importancia para tener «buenos hijos.»
La realidad es que ser buen padre o buena madre, se marca a partir de ciertos cánones de crianza, el querer que el hijo sea excelente, un buen profesionista, el que salgas a la calle y el hijo se sepa comportar, no te haga berrinche por qué da pena que todos nos puedan juzgar, y se escuchan los comentarios desde, a mí me hace un berrinche de esos y lo agarro a nalgadas, que bueno que no le pegue, que lo deje expresar sus emociones.
Una de las situaciones que se encuentran los padres, es que ponen en los hijos sus deseos, sueños que de jóvenes no pudieron cumplir, o bien en algún momento tienen la fantasía de que por medio de los hijos van a sanar sus heridas de la infancia, estimado lector, esa fantasía es de mucho peligro y riesgo, ya que el infante debe decidir qué hacer y cómo hacerlo, al momento de que no lo dejes decidir, el Infante se podrá frustrar o no hará lo que realmente le gusta por el complacerte.
Ser padre es algo tan complicado, tan diferente, tan único, ya que el método de crianza debe ser algo que se haga de una forma más consciente, más propia, debe ser un acuerdo entre las partes encargadas del cuidado del infante, desde las reglas y límites, castigos y más.
Si en algún momento podemos hablar de ser un buen o mal padre o buen o mala madre, tenemos que marcar algunos puntos de referencia para poder generar una opinión que puede estar muy lejos de tú percepción o de lo que tú crees que es ser buen padre:
1-Que te sientas orgulloso u orgullosa del ciudadano que vas a entregar a la sociedad, que esa persona lleve todo lo que tú le quisiste enseñar, aunque aquí debemos entender que al final la decisión de ser bueno o malo va depender del infante en la edad adulta, ya no de los padres.
2- El infante sabe demostrar lo que siente; fíjate este punto es crucial, ya que el infante va a aprender de ti, no de nadie más, si tú no sabes o te da pena mostrar tus emociones, el infante no sabrá cómo hacerlo, recuerda, hablar de las emociones es algo de mucha importancia en todo momento de la vida.
3- Algo muy controversial pero necesario, es la FRUSTRACIÓN, si no le enseñas al infante a qué todo lo que pide no puede ser otorgado, aprenderá que puede tomar lo que quiera sin importar la consecuencia, la frustración es algo que debe estar presente en todo momento, el niño debe entender que no puede obtener todo, aunque se lo puedas dar; si frustrarlo te causa algún tipo de culpa, en verdad, te invito a ir a terapia.
4- Sentirse amado, no confundas el amarlo profundamente con darle todo, son cosas completamente diferentes, el amar a tú infante te va a llevar a generar un vínculo de comunicación, confianza, comprensión, pero sobre todo, recuerda que el amor y el cariño no se condicionan, no debes decirle si lo haces te voy a querer más o si no te voy a dejar de querer, eso más que ser algo que ayude, creará más conflictos en la vida adulta.
5-Aceptar al infante, el infante al no sentirse aceptado, siempre pensara en la parte de que hice mal, que tengo mal, que mis padres no me pueden aceptar, que debo hacer para ser aceptado y eso va a dejar grandes marcas emocionales en su vida.
6-El infante debe jugar, jugar mucho, pero no solo videojuegos, si no juegos de mesa, con muñecas y muñecos, con carros, animales y más, esa es la manera en que el infante pueda expresar lo que siente y desahogar sus frustraciones.
Darnos cuenta que la crianza es un proceso difícil, que va a implicar muchas veces tú propia historia, tus propias vivencias, pero, sobre todo, tu seguridad y fortaleza es algo difícil, no siempre nos cae de la mejor manera.
Hemos visto algunos pequeños puntos para una crianza que nos lleve a entregar un infante a la sociedad productivo, no dejemos de lado que tú puedes poner todo tu empeño y que no es garantía de que ese infante en su vida adulta tome buenas decisiones.
Recuerda la crianza puede ser desde algo hermoso, hasta algo completamente difícil, que te puede colocar en situaciones límites, pero sobre todo es algo que se hace o debe hacerse con mucho amor.