En esta ocasión vamos hablar de un tema muy controversial, ya que son líneas muy delgadas entre una cosa y otra, pero sobre todo puede generar una gran dificultad en el menor para su desarrollo en la vida adulta.
Si bien hemos hablado del amor en la crianza, los límites, existe este tema muy poco abordado, pero con muchas implicaciones emocionales, y si hablo de la sobreprotección, y posteriormente hablaré de la diferencia entre protección.
He recibido en consulta un aumento de casos de sobreprotección en infantes y es una cosa bella, ya que es algo crítico y como de repente lo he dicho, se hace en nombre del amor, aunque el amor no tenga nada que ver.
Bueno, sigamos en el tema, la sobreprotección en las infancias, se ve reflejada cuando los padres quieren hacer todo por los hijos, no quieren que sufran, hacen intentos hasta sobrehumanos para que al infante no le falte nada.
Pero llegan a un grado tan extremo que vemos niños de 8, 9, 12 y 13 años que son completamente dependientes a los padres, que no saben ni cruzar una calle, que no pueden vestirse solos, que al comer necesitan quien prepare y haga todas las cosas.
Son aquellas infancias que están marcadas por un constante «eres tan inútil que tengo que hacer todo por tí», eso por ponerlo en palabras bonitas, pero la realidad es que los padres creen que el hijo no puede valerse por sí mismo y deben cuidarlo, quisieran colocarlos en una burbuja.
Si bien todo aquello lo justificamos desde, llevamos prisa en la vida, las situaciones actuales del país son diferentes, existen mayores peligros, tengo muchas actividades en el día y por eso mejor lo visto y le doy de comer en la boca, lo baño porque no se sabe bañar, bueno puedo seguir escribiendo infinidad de ideas y cosas que uno escucha.
Pero la realidad es que agredimos una y otra vez al infante cuando no le permitimos desarrollarse, pero sobre todo que sea independiente, es por eso que la crianza debe estar basada en la protección del infante y no en la dependencia y claro deben existir reglas y límites claros, debemos detenernos a pensar ¿Estoy protegiendo o sobreprotegiendo al infante?
Enlistemos que si es proteger a un infante:
-Dejarlo que se comience a vestirse sólo a partir de una edad temprana, digamos 3 o 4 años.
-Bañarse solo a partir de los 4 años y solo entrar vestidos a tallarlos.
-Realizar actividades en casa acorde a su edad, ejemplo, barrer, acomodar las sillas, los cojines, tender su cama, entre otras.
-Permitirle tomar ciertas decisiones como que comer, que película ver.
-Colocar responsabilidad total de la escuela en él, y dejarlo que haga la tarea lo mejor que pueda y solo revisar que se esfuerce y lo haga bien.
-Acudir a la tienda a comprar.
-Prepararse alimentos sencillos que no pongan en riesgo su vida.
Podría en listar muchos otros puntos, pero estos son los más elementales, y si podemos ver, aquí ya está marcada la diferencia entre la protección y sobreprotección, pero si aún no queda claro la explico aquí:
Proteger a alguien es estar al pendiente de que esté bien, pero dejarlo que afronte sus consecuencias y errores, por eso se debe permitir que se equivoque, dejarlo jugar, brincar, correr, decirle los riesgos y si toma la decisión de hacerlo, solo estar preparados para la consecuencia y no hacer todo para evitarle dolor.
Recordemos que la sobreprotección es una manera directa de agresión hacia el infante y sobre todo, deja ver una gran falta o necesidad de protección del adulto.
El tener miedo a que algo le pueda pasar al infante, puede convertirse en un deseó reprimido sobre lo que realmente deseas para tu infante.
Si identificas algo, asiste a terapia; como bien decía Napoleón, «LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS, COMIENZA 20 AÑOS ATRAS CON LA EDUCACIÓN DE LOS PADRES.»
Gracias por llegar hasta aquí y déjame decirte que esto es un pequeño paso para intentar hacer un cambio en tú crianza, en tú historia y que buscar ayuda con un profesional no es una debilidad, sino una gran fortaleza.
Nos leemos pronto.
Mtro. David Correa Caruzo.