Porque el Éxito y la felicidad no siempre van de la mano

Porque el Éxito y la felicidad no siempre van de la mano

Vivimos en una sociedad que aplaude el éxito visible el ascenso laboral, los logros académicos, los bienes materiales y el reconocimiento social, sin embargo, como advertía Carl Jung, ese tipo de éxito no garantiza la felicidad de hecho, muchos alcanzan sus metas solo para descubrir, con sorpresa y angustia, que la satisfacción prometida no llega. ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué separa al éxito de la verdadera felicidad?

Jung, observó que muchas personas exitosas sufrían crisis existenciales, depresiones o síntomas neuróticos, para él, esto no era una coincidencia el éxito externo suele estar impulsado por las expectativas del entorno, por el ego o por una compulsión a ser “alguien” ante los ojos del mundo, pero ese “alguien” no siempre está en sintonía con el verdadero ser interior.

Según Jung, mientras más se aleje una persona de su naturaleza interna para complacer un ideal externo, más probabilidades tiene de vivir una vida fragmentada, y en esa fragmentación, la felicidad se escapa.

¿Cuántas veces se ha escuchado la historia del profesionista brillante que un día se siente vacío? ¿O del empresario que lo tiene “todo” pero vive en constante insatisfacción? Estos casos reflejan una desconexión entre lo que hacemos y lo que somos, éxito sin sentido, logros sin alma.

El éxito, cuando no nace de una vocación auténtica o no responde a un deseo profundo del alma, se convierte en una máscara, y como toda máscara, se agrieta con el tiempo.

A diferencia del éxito, la felicidad no siempre es visible, medible o reconocida, Jung entendía la felicidad como un resultado del proceso de individuación: un camino hacia el autoconocimiento, la integración de la sombra (las partes negadas de uno mismo), y la aceptación de nuestra complejidad interna.

Este viaje no siempre es cómodo, pero permite que la persona viva una vida más coherente con su verdadero ser, desde ahí, la felicidad no es euforia constante, sino una sensación profunda de estar donde uno debe estar, haciendo lo que resuena con su esencia.

Quizás el problema no sea el éxito en sí, sino cómo lo definimos si empezamos a valorar el éxito como vivir una vida con sentido, cultivar relaciones genuinas, conocerse a uno mismo y actuar desde la autenticidad, entonces sí podría caminar de la mano con la felicidad.

Esto implica, a veces, renunciar a ciertos estándares sociales para abrazar un camino más íntimo, pero también más real. Tomemos en cuenta que el éxito sin felicidad es como una casa hermosa pero vacía. Jung nos recuerda que la verdadera plenitud no se encuentra en la aprobación externa, sino en el encuentro con uno mismo, y tal vez, solo tal vez, cuando ese encuentro ocurre, el éxito y la felicidad dejan de ser caminos opuestos para volverse uno solo.

afm. 

Acerca de @hadlapsic

Mi nombre es Davyd, desde la adolescencia me he desarrollado en el ámbito de la tecnología de la información. Soy desarrollador, pero también creador de contenido. Me gusta el arte, la música, los viajes, la ciencia, la psicología, la fotografía aunque no he incursionado mucho aun en esto último, pero en estos próximos cinco años lo haré.
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