La envidia, Psicologos HADLA, psicotérapia CDMX

¿Envidiamos lo que otros tienen o el conocimiento que los llevó a obtenerlo?

La envidia es una de esas emociones que todos experimentamos en algún momento, aunque sea difícil de admitir, a menudo, se asocia con el deseo de poseer lo que otros tienen: el trabajo soñado, una relación ideal, o un estilo de vida atractivo, pero, ¿es solo eso lo que envidiamos? ¿O hay algo más profundo detrás de esta emoción, como la habilidad, el conocimiento y el esfuerzo que esa persona invirtió para obtener lo que tiene? Quizá, al mirar más de cerca, descubrimos que envidiamos no solo las cosas externas, sino también las cualidades y la determinación que llevaron a esa persona al éxito.

Este artículo exploramos una perspectiva distinta de la envidia, no como una simple aspiración a las posesiones o logros ajenos, sino como una revelación de nuestras propias inseguridades y deseos de crecimiento, analizar lo que realmente envidiamos puede ayudarnos a comprender mejor nuestras aspiraciones personales y, en lugar de generar resentimiento, abrirnos a una oportunidad de aprendizaje y desarrollo.

La envidia tradicional suele describirse como un anhelo por las cosas visibles de otros, la casa en una zona exclusiva, un auto nuevo, o incluso los éxitos familiares y profesionales, en esta forma, la envidia se enfoca en lo externo y en el “resultado” que otros obtuvieron, sin detenernos a pensar en el esfuerzo detrás de estos logros. Este tipo de envidia puede generar frustración y resentimiento, llevándonos a compararnos y sentir que carecemos de lo que otros poseen.

Esta envidia superficial suele centrar la atención en los logros tangibles, pero muchas veces queda allí, en el deseo pasivo o el resentimiento hacia el éxito de otros. Este tipo de envidia, si no se reconoce, puede volverse destructiva, ya que tendemos a olvidar el camino que otros han recorrido para alcanzar sus metas, al enfocarnos únicamente en el “producto final”, es fácil olvidar que detrás de cada logro hay trabajo, esfuerzo y probablemente desafíos superados.

Aquí es donde aparece una perspectiva más profunda de la envidia, la de desear el proceso o las habilidades que otra persona empleó para alcanzar sus logros. En este sentido, no envidiamos solo el objeto, sino la “fórmula” que llevó a la otra persona a conseguirlo. Por ejemplo, podemos admirar a alguien que ha logrado tener una empresa exitosa, pero lo que realmente envidiamos es su capacidad para tomar riesgos, ser resiliente o aprender de los fracasos.

Esta forma de envidia es más difícil de identificar, porque no es tan tangible, no es una envidia que podamos atribuir a una sola cosa, sino que refleja aspectos de nosotros mismos que deseamos mejorar. Así, la envidia puede ser una señal de que nos gustaría desarrollar ciertas habilidades o cualidades que admiramos en el otro. Al darnos cuenta de esto, podemos transformar la envidia en un deseo activo de crecimiento, preguntándonos: “¿Qué puedo aprender de esta persona para mejorar mi vida?”

Origen de la envidia.
Psicologos y psicoterapeutas CDMX. HADLA

Desde el psicoanálisis, se sugiere que la envidia tiene raíces profundas en la infancia, vinculadas a los primeros deseos de poseer lo que el otro tiene, incluso como una forma de control. Para algunos autores, como Melanie Klein, la envidia surge cuando un niño se da cuenta de que algo deseado está fuera de su alcance, lo que genera frustración. En la adultez, esta emoción puede proyectarse hacia personas con cualidades o conocimientos que admiramos y deseamos tener, sintiendo una especie de “deuda emocional” al no poseer lo que el otro tiene.

La envidia, entonces, no se enfoca tanto en el objeto deseado, sino en las capacidades que percibimos como nuestras carencias, según esta visión, la envidia puede ayudarnos a identificar lo que necesitamos trabajar internamente, como la confianza, el autocontrol o la disciplina. Entender la envidia de esta manera nos permite verla como una oportunidad de autoconocimiento, pues nos muestra áreas de nuestro desarrollo que pueden beneficiarse si las enfrentamos con honestidad y responsabilidad.

Si bien la envidia es incómoda, cuando se aborda con consciencia puede ser una guía hacia el autoconocimiento, en lugar de quedarnos en el deseo pasivo de tener lo que otro tiene, podemos transformarla en una fuente de motivación. Preguntarnos por qué envidiamos el éxito o conocimiento de otra persona puede darnos una idea de nuestras propias metas y deseos ocultos. Quizá admiramos la creatividad, la disciplina o la resiliencia del otro, y podemos inspirarnos a desarrollar esas cualidades en nosotros mismos.

Así, la envidia nos da la oportunidad de enfocarnos en mejorar lo que realmente nos importa, en lugar de solo anhelar lo que otros tienen, podemos concentrarnos en aprender y crear nuestras propias oportunidades, esto requiere esfuerzo, pero también es una invitación a vivir con mayor autenticidad, reconociendo nuestras aspiraciones y trabajando en ellas de manera activa.

Conclusión

La envidia, cuando se comprende en su totalidad, es mucho más que un simple deseo de tener lo ajeno, nos muestra aspectos de nosotros mismos que anhelamos fortalecer, áreas en las que sentimos que podemos crecer. La próxima vez que experimentes envidia, intenta reflexionar sobre lo que realmente deseas de esa situación o persona. Tal vez descubras que lo que envidias no es el logro en sí, sino el conocimiento, la seguridad y el esfuerzo que lo hicieron posible. Así, la envidia puede convertirse en una herramienta poderosa para motivar nuestro propio desarrollo y enriquecer nuestra vida de una manera auténtica y significativa.

Acerca de @hadlapsic

Mi nombre es Davyd, desde la adolescencia me he desarrollado en el ámbito de la tecnología de la información. Soy desarrollador, pero también creador de contenido. Me gusta el arte, la música, los viajes, la ciencia, la psicología, la fotografía aunque no he incursionado mucho aun en esto último, pero en estos próximos cinco años lo haré.
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