La relación entre el cáncer y la salud mental es compleja y bidireccional, el cáncer puede tener un impacto significativo en la salud mental, y a su vez, la salud mental puede influir en la forma en que una persona maneja la enfermedad, algunos aspectos clave son:
El diagnóstico de cáncer puede provocar una gran cantidad de ansiedad y depresión, la preocupación por el futuro, el miedo a la muerte, y la incertidumbre sobre el tratamiento pueden ser abrumadores, lo que puede complicar el tratamiento en la persona.
El estrés relacionado con el cáncer puede ser crónico y afectar la salud mental de manera significativa, el manejo de la enfermedad y sus efectos secundarios puede contribuir a un estrés continuo. Las personas con cáncer presentan sentimientos de miedo, enojo, tristeza, frustración, impotencia, agresividad y ansiedad con mucha frecuencia, pero estos sentimientos, a menudo se disipan. Cuando esto no ocurre, hay que hablar con un profesional de la salud mental, es válido buscar apoyo.
Los tratamientos como la quimioterapia, la radioterapia y las cirugías pueden causar efectos secundarios que impactan la salud mental, como fatiga extrema, cambios en la imagen corporal, y dolor crónico. Las alteraciones en la apariencia física o las limitaciones físicas pueden afectar la autoestima y la identidad personal, contribuyendo a problemas severos en quien lo padece.
La capacidad de una persona para adaptarse al cáncer y sus tratamientos puede depender en gran medida de su fuerza mental, la persona deberá aprender estrategias de afrontamiento efectivas, como la terapia, el apoyo social, y las técnicas de relajación, esto es útil para su sostenimiento.
Algunas personas encuentran que enfrentarse al cáncer puede fortalecer su resiliencia y mejorar su salud mental a través de una mayor apreciación de la vida y conexiones más profundas con otros.
Los familiares y cuidadores también pueden experimentar estrés emocional y problemas de salud mental al enfrentar la enfermedad de un ser querido, el apoyo psicológico para ellos es fundamental para mantener un equilibrio saludable.
La ayuda psicológica es fundamental en el manejo del cáncer, ya que proporciona un soporte esencial para enfrentar los desafíos emocionales y psicológicos que surgen a lo largo del tratamiento. El diagnóstico y tratamiento del cáncer pueden generar ansiedad, depresión y estrés, afectando la calidad de vida y el bienestar general del paciente. La intervención psicológica ayuda a los pacientes a desarrollar estrategias efectivas de afrontamiento, mejorar su resiliencia y mantener una actitud positiva, lo que puede influir positivamente en su capacidad para sobrellevar la enfermedad. Además, el apoyo psicológico no solo beneficia a los pacientes, sino también a sus familiares y cuidadores, promoviendo un entorno más saludable y equilibrado para todos los involucrados.