El dinero es un tema que genera controversia, ya que su significado varía considerablemente entre las personas. Desde aquellos que tienen en abundancia hasta quienes apenas logran cubrir sus necesidades, la relación con el dinero puede provocar incomodidad y tensiones, especialmente en el contexto de una pareja. Hablar sobre cuestiones financieras suele ser un tema delicado que provoca inseguridades en los hombres y sentimientos de culpa y vergüenza en las mujeres.
Cuando una mujer expresa el deseo de tener su propia independencia económica, a menudo es juzgada como egoísta. Se espera que su enfoque esté dirigido hacia el bienestar de su familia, y si guarda dinero para sí misma, suele ser visto como un acto reprochable, especialmente cuando se compara con la figura del hombre proveedor, quien controla y vigila la economía familiar.
Esto nos lleva a preguntarnos: ¿qué significado tiene el dinero en una relación de pareja? Existe un dicho que dice: «¡El que paga manda!» Este lema, además de ser sexista, refleja una realidad distorsionada, ya que muchas mujeres, aunque contribuyan económicamente, no tienen voz en las decisiones financieras, mientras que algunos hombres pueden no aportar económicamente pero aun así ejercen control.
Dentro del modelo patriarcal, se les impulsa a las mujeres a ser económicamente independientes, pero a menudo carecen de la autonomía necesaria para tomar decisiones. Se espera que cumplan con un doble rol: ser trabajadoras y, al mismo tiempo, responsables del hogar, sin que se les reconozcan todas las responsabilidades que esto conlleva.
Ser femenina en este contexto implica sacrificio, generosidad y desprendimiento. Algunas mujeres pueden encontrar en esto una forma de ejercer poder sobre los hombres, utilizando sentimientos de culpa y chantaje emocional. Sin embargo, el precio que pagan es alto: su autonomía se ve comprometida y se ven relegadas a un rol de sumisión, siendo vistas como «buenas» y «generosas», pero limitadas en su capacidad de destacar en otros aspectos de la vida.
A pesar de estas dinámicas, existen parejas que trabajan activamente para lograr una distribución equitativa de los recursos económicos. Estas excepciones son esenciales para avanzar hacia una verdadera equidad de género, que trascienda la mera división de tareas domésticas y busque brindar las mismas oportunidades a todos, independientemente de su género.
Hablar abiertamente sobre el dinero en una relación puede ser un paso crucial para resignificar roles establecidos y construir una relación más equilibrada. La comunicación honesta en torno a las finanzas puede contribuir a una mayor comprensión y equidad en la pareja, lo que es fundamental para el desarrollo de una relación saludable y equitativa.
Psic. Laura Jordán
