Según la American Psychiatric Association y la organización Mundial de la salud, los conocimientos clínicos y académicos actualizados afirman que los ataques de pánico y ataques de ansiedad se relacionan con estados de malestar emocional, es importante entender que un ataque de pánico y un ataque de ansiedad no son lo mismo. Ambos pueden causar síntomas similares, pero tienen características, causas y duraciones distintas.
Un ataque de pánico: se puede definir como un episodio repentino e intenso de miedo o malestar extremo que alcanza su punto máximo en minutos. Sus síntomas Incluyen sensación de pérdida de control, miedo a morir, palpitaciones, dificultad para respirar, sudoración, temblores, mareo, sensación de irrealidad o despersonalización.
Duración: Generalmente dura entre 5 y 20 minutos. Suele ser inesperado, aunque puede estar relacionado con situaciones específicas o desencadenantes. Es un episodio aislado que puede ocurrir sin una causa aparente, aunque en algunos casos puede formar parte de un trastorno de pánico.
El ataque de ansiedad se define como una una reacción emocional más prolongada y menos intensa que el ataque de pánico, relacionada con la preocupación o el estrés constante. Sus síntomas: Incluyen nerviosismo, inquietud, tensión muscular, dificultad para concentrarse, fatiga, irritabilidad, problemas para dormir, sensación de nerviosismo persistente.
La duración puede durar horas o incluso días, dependiendo del nivel de ansiedad. Las causas se relacionan con preocupaciones continuas, estrés prolongado o situaciones que generan ansiedad constante. Es parte de un trastorno de ansiedad generalizada o de otros trastornos relacionados, y no suele presentarse como un episodio súbito e intenso.

El ataque de pánico es un episodio súbito, intenso y breve, con síntomas muy marcados, que puede ocurrir sin aviso y sin una causa aparente. El ataque de ansiedad es un estado prolongado de malestar emocional, más suave en intensidad pero más duradero, asociado a preocupaciones y estrés persistente. Entender estas diferencias ayuda a buscar el tratamiento adecuado y a manejar mejor estas condiciones, que aunque relacionadas, requieren enfoques diferentes.
Mientras que la Psiquiatría ofrece una alternativa farmacológica, el enfoque psicoanalítico escucha las causas emocionales que mueven los hilos de lo inconsciente que el cuerpo grita, y actúa de forma psicosomática. No es si no hasta que la palabra revela los síntomas, es el propio discurso el que saca a la luz los sentimientos de la persona y puede llegar a significar la verdadera cura para ambos padecimientos,